
¡Mantén el brillo! La guía definitiva para cuidar tus joyas bañadas en oro.
¿Te encanta ese collar de oro que te ilumina el rostro o esos aros que bailan en tus orejas? ¡A nosotros también! Las joyas bañadas en oro son la combinación perfecta entre lujo y precio. Pero para que se mantengan hermosas por más tiempo, merecen un poco de cariño y atención.
A diferencia del oro macizo, el chapado en oro consiste en una fina capa de oro depositada sobre otro metal (como latón o plata). Esta capa es delicada. ¡No te preocupes! Aquí tienes todos nuestros secretos profesionales para mimar tus joyas y hacer que brillen como el primer día.
Las reglas de oro (sin juego de palabras) que hay que adoptar a diario
La longevidad de tus joyas depende sobre todo de unos sencillos pasos que incorporar a tu rutina.
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Por último, primero: Esta es la regla básica. Ponte las joyas DESPUÉS de usar perfume, cremas, maquillaje y laca. Estos productos contienen químicos que pueden opacar el baño. Al final del día, quítatelas antes de desmaquillarte.
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No salpique sus joyas: El agua es enemiga del baño de oro. Quítese las joyas antes de ducharse, nadar (en la piscina o el mar) o incluso lavar los platos. El cloro, la sal y los productos domésticos son especialmente agresivos.
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Descansa durante el ejercicio y el sueño: El sudor es ácido y puede acelerar la oxidación de tus joyas. Recuerda quitártelas antes de entrenar. De igual forma, para evitar la fricción que desgasta el enchapado, es mejor dormir sin ellas.
Limpieza suave: tu ritual de belleza
Aún con todas estas precauciones, es necesaria una pequeña limpieza de vez en cuando para eliminar restos de sebo, polvo o sudor.
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Lo que necesitas: Un paño suave (gamuza o microfibra), un poco de agua tibia y una gota de jabón suave (jabón de Marsella o lavavajillas sin detergente).
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Cómo hacerlo:
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Humedezca muy ligeramente el paño con agua jabonosa.
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Frote la joya suavemente, sin insistir.
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Enjuague la joyería con otro paño humedecido en agua limpia para eliminar todos los restos de jabón.
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Seque inmediatamente y completamente con un paño seco. ¡Evite la humedad!
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Sobre todo, no utilizar nunca productos abrasivos, cepillos de dientes o limpiadores de joyas convencionales, que son demasiado agresivos para el chapado.
El secreto para un almacenamiento óptimo
Cuando no las uses, tus joyas merecen un refugio acogedor.
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Proteger de la luz y la humedad: Guárdalos en su bolsa original o en un joyero forrado con tela.
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Cada uno en su sitio: Para evitar rayones por fricción, es mejor guardarlos individualmente. ¡No los dejes tirados en el borde del fregadero!
Siguiendo estos sencillos consejos, prolongará significativamente la vida útil y el brillo de sus joyas chapadas en oro favoritas. Están hechas para lucirse y apreciarse, y un cuidado adecuado es fundamental para disfrutarlas durante años.
¡La ventaja de las joyas de acero inoxidable como las nuestras es que son mucho más fáciles de mantener y mucho más resistentes al tiempo y al agua!